Vamos a iniciar una serie de programas sobre cuentos que ayudan a explicar conceptos clave en el mundo de las empresas. Las historias forman parte de un proyecto de transferencia tecnológica presentado a RADIUS, la Radio de la Universidad de Sevilla.
El primero de los cuentos lo encontré por primera vez en el libro «Safari a la estrategia» (Mintzberg, H., Ahlstrand, B., & Lampel, J., 1999; Ediciones Granica SA), después he ido encontrando otras versiones. Al final del cuento pongo la portada de un libro de 1910 que lo recoge.
Aquí presento mi versión, muy cercana a la original. He introducido algunos cambios, como, por ejemplo, el hecho de que entre las personas sabias haya 3 mujeres.
El cuento y la entrevista pueden ser escuchados en:
Cuentos para Empresas. Episodio 1×01. LOS SABIOS Y EL ELEFANTE.
La transcripción es la siguiente:
CUENTOS PARA EMPRESAS
Los empresarios son como niños y hay que contarles cuentos para que aprendan…
Niños y niñas grandes con responsabilidades enormes habéis encontrado la primera historia de “Cuentos para empresas”.
Un programa para que los aburridos empleados y directivos pasen un rato entretenido y cavilen sobre los proyectos que llevan entre manos.
Un programa para que las personas emprendedoras se olviden por un rato de las hojas de cálculo, de los cronogramas, de la escasez de recursos y renueven el entusiasmo por lo que hacen.
También está permitida su escucha al alumnado de asignaturas relacionadas con la empresa, para que reflexionen de forma crítica sobre conceptos clave de las organizaciones como complemento a las enseñanzas transmitidas por sus sabios profesores.
Por último, no nos queremos olvidar de los niños y niñas, que son el el empresariado del futuro.
En esta serie de “Cuentos para empresas” hemos hecho una selección de relatos adaptados, procedentes de diferentes fuentes, desde cuentos tradicionales, a historias que han ido apareciendo en nuestras lecturas literarias.
Este primer programa va de animales, de diversidad y de sinergia.
Espero que os guste el cuento…
LOS SABIOS Y EL ELEFANTE
Había una vez un país lejano en el que vivían cinco personas sabias ciegas, eran admiradas por la comunidad y la ciudadanía continuamente acudían a ellas para solicitar consejo.
Sin embargo, en ocasiones no llegaban a acuerdos y las soluciones a algunos asuntos se alargaban en el tiempo formando una larga lista de espera.
El gobernante del país decidió ayudarles a mejorar.
Había escuchado que había un asunto que traía a los sabios desconcertados.
Habían oído hablar de una bestia formidable que los habitantes de la vecina India habían conseguido domesticar.
Hablaban mucho de ese animal, pero no acertaban a describir cómo sería.
El gobernante hizo traer a un elefante que, tras un penoso viaje, ofreció como regalo al consejo.
El día que llegó estaban entusiasmados, no querían que nadie les describiese al mamífero y se tapaban los oídos para no escuchar los comentarios y exclamaciones de asombro de sus conciudadanos, querían descubrirlo con sus propios sentidos.
Recibieron al paquidermo con honores y lo colocaron en el centro de una enorme sala.
Los sabios, tres mujeres y dos hombres, se sentaron a su alrededor y uno a uno se fueron aproximando al ejemplar del mayor mamífero terrestre.
La primera de ellos, temerosa, se topó con su enorme panza, dura y rugosa. No necesitó más y silenciosa se dirigió a su asiento.
“Un elefante es, sin duda alguna, como un muro de barro” pensó para sus adentros.
El segundo, se acercó a la cabeza y palpó la trompa, algo alargado y tubular con movimiento propio… Su pensamiento fue que: “Un elefante evidentemente es una gran serpiente”, aunque dudó si sería una boa o una pitón.

La tercera rozó el afilado colmillo. Algo puntiagudo y liso: “Cómo no, un elefante una lanza es”. Rápidamente dedujo la sabia número tres.
El cuarto con la oreja tropezó, inmensa y ligera, que despedía aire fresco en aquellos días de monzón: “Un elefante es sin lugar a discusión un gran abanico”. Contento y ufano a su asiento volvió.
La quinta se aproximó cautelosa y con el cilindro rugoso de la pata dio. La tocó con detenimiento y sintió su solidez: “Palpablemente un elefante como una palmera es”.

Posteriormente empezaron a hablar y discutieron y debatieron sin parar sobre la forma de un elefante y su ontología. No llegaron a ningún acuerdo y enfadados a su casa cada uno volvió.
Pero lo peor de todo es lo que le ocurrió al mastodonte.
La que pensó que era un muro lo mandó encalar.
La que creía que era una palmera lo regaba con regularidad y de vez en cuando esperaba confiada en que cayera algún dátil.
El que asumió que era un abanico se sentaba a su lado las tardes calurosas para recibir el aire fresco de la oreja.
La que supuso que era una lanza la afilaba y aceitaba cuidadosamente.
Pero el peor de todos fue el que entendió que era una serpiente.
Preocupado por su alimentación le llevó un ratoncito. Tanto se asustó el animal que de un ataque al corazón falleció.
Colorín colorado este cuento se ha acabado.
Libro en el que aparece el cuento (pag. 13)
ENTREVISTA
Hola Prof. Caro cual crees que es la principal moraleja de esta historia para el mundo de las empresas.
Bueno, fundamentalmente se está haciendo referencia al concepto de sistema, como un conjunto de elementos que interactúan, y por tanto, a cualquier tipo de organización.
Las organizaciones, al igual que el elefante, están compuestas por distintas partes y departamentos. Es habitual en las estructuras agrupar a las personas que realizan las mismas tareas en el mismo departamento: marketing, finanzas, operaciones o recursos humanos.
Si no existe una buena coordinación entre los responsables de estas áreas funcionales, cada gerente experto tratará de imponer su perspectiva de la empresa sin tener en cuenta a los demás. Esta falta de entendimiento y visión global acaba provocando un funcionamiento ineficiente y la desaparición de las sinergias.
En esta circunstancia resulta complicado agregar valor a los clientes de forma competitiva.
La supervivencia de un elefante solo es posible si cuenta con todos sus órganos operativos e interconectados.
Interesante. Esto también está relacionado con la comunicación…
Efectivamente, la principal argamasa de las organizaciones es la comunicación. La comunicación es una herramienta al servicio de los objetivos y debe ser fluida y circular en todas las direcciones (ascendente, descendente, horizontal, diagonal).
Los diferentes miembros de una empresa tienen que mantener una actitud de escucha activa y tratar de entender las diferentes perspectivas con las que se pueden abordar problemas complejos para poder tomar las decisiones adecuadas.
Es típico, por ejemplo, en las empresas periodísticas, el desencuentro entre el área editorial y la gerencial. Los primeros quieren prestar un servicio informativo de calidad, mientras que los segundos, piensan ante todo en la rentabilidad y esto puede generar problemas.
¿Esto es lo mismo que ocurre en los grupos de trabajo, en el trabajo en equipo?
Sí, es lo siguiente que quería comentar. Dada la complejidad de las organizaciones, el entornos actual y la rapidez de los cambios que están experimentando, cada vez más se precisan grupos multidisciplinares para analizar los problemas y tomar decisiones.
Es decir, en las organizaciones, si se cuenta con personas diversas: género, formación, nacionalidad, experiencia, etc. Se pueden obtener resultados más innovadores y creativos que proporcionen respuestas a las necesidades actuales y futuras de los clientes.

Y si hablamos del EMPRENDIMIENTO, entiendo que la metáfora del elefante también es aplicable
Un proyecto empresarial es un elefante, por envergadura y complejidad. Las personas emprendedoras tienen que diseñar un plan de negocio (normalmente a tres años vista) que contemple todas y cada una de las partes que afectan al proyecto (plan estratégico, plan de marketing, plan de operaciones, plan de organización y recursos humanos, y plan financiero). El mayor o menor éxito del proyecto dependerá en gran medida de la coherencia de los diferentes planes parciales. Por ejemplo, una decisión estratégica se verá reflejada en el posicionamiento de la empresa, que tendrá una repercusión en el producto o servicio, que exigirá una forma adecuada de organizar el trabajo, de unos empleados con determinadas cualidades y actitudes y todo ello, claro, contando con los recursos económicos necesarios para llevarlo a cabo.
Si no se tiene la visión de conjunto difícilmente el proyecto presentará viabilidad comercial, operativa y financiera. Si un periodista tiene una buena idea de negocio no podrá llevarla a cabo si no cuenta con el apoyo de publicistas, ingenieros informáticos, diseñadores gráficos, contables, etc.
Muchas gracias, profesor. Espero que los oyentes se hayan divertido y aprendido y que de ahora en adelante piensen en un elefante a la hora de abordar cualquier problema en las organizaciones o llevar a cabo proyectos emprendedores. Nos veremos en el próximo capítulo de “Cuentos para empresas”.
7 comentarios en «Comunicación, sinergia y diversidad. Cuento 1/8»