De más a menos, y de menos a más: ¿Es posible el cambio?

Por Fernando López Ramírez

Hace unas semanas tuve la suerte de conocer a Adela Muñoz, vicedirectora del Instituto de Ciencia de Materiales de Sevilla. Le hice una entrevista para la asignatura de Periodismo Científico y, tras conocerla un poco mejor, pude descubrir muchísimas cosas en torno a la situación de la mujer en el ámbito científico. Pero mi sorpresa llegó cuando vi que había estrechos vínculos entre lo que ella me contaba y lo que se debate mayoritariamente en este blog.

Archivo:Adela Muñoz Páez.png - Wikipedia, la enciclopedia libre

Adela no sólo es científica, también ha tenido experiencia con el periodismo. Ha publicado durante varios años para Diario de Sevilla, en la sección Tribuna, y en otros siete periódicos del grupo Joly. El tema de sus artículos, aparte de la divulgación científica, ha sido fundamentalmente la visión de la mujer en Occidente y en el Tercer Mundo. Y no le ha ido mal, recibió el accésit al Premio de Periodismo de Divulgación Feminista Carmen de Burgos, de la Universidad de Málaga en 2008.

En cuanto le pregunto acerca de cómo ve a la mujer de hoy, me introduce en lo que se denomina el efecto tijera. En resumidas cuentas, este efecto se refiere a que cada vez hay más mujeres en la Universidad, tanto en España como a nivel europeo; y, además, tienen mejores expedientes. En cambio, con los chicos está demostrado que ocurre lo contrario. Pero a la hora de trabajar y ocupar altos puestos se produce un giro, las mujeres bajan y los hombres suben. Al representar esos datos en una gráfica se obtendría un dibujo parecido a una tijera. Adela lo explica del siguiente modo en su trabajo Científicas de ayer modelos para las jóvenes de hoy: “las mujeres arrasan en todos los campos, incluido el de las ciencias: obtienen las mejores notas ya desde la enseñanza secundaria, representan el 60% de los estudiantes universitarios de España y Europa, consiguen más becas y más plazas en los puestos a los que se accede por oposición. No obstante se van quedando por el camino en su acceso a lo niveles superiores de la Academia”. Y no sólo en los ámbitos académicos, también en muchos otros puestos de trabajo, como en nuestro caso: las funciones administrativas de los medios de comunicación.

A raíz del efecto tijera, también me dice que al final de la veintena, que es la edad en la que las parejas suelen plantearse el tener hijos, la situación es mucho más difícil. “Hay empresas que incluso preguntan a las mujeres si se quieren casar o tener hijos, llegando a ser un factor para no contratarlas. El mercado laboral está mal para todo el mundo, pero yo opino que para las mujeres está un poquito peor”.

Otra de mis preguntas es que cuál cree que la principal causa de este problema. Su respuesta es: “Además de la dificultad a la hora de plantearse tener hijos, está la autolimitación, es decir, pensar que tienes menos posibilidades. Y, también, otro problema es que piensan que ya se ha conseguido la igualdad, que el feminismo ya se ha vencido. Pero luego, cuando entran a trabajar descubren que no es así”. Evidentemente, es algo que hemos discutido muchísimo en varias entradas y que, desgraciadamente, sigue siendo un lastre a eliminar. Esperemos que dentro de poco, la igualdad sea una realidad. Si los datos han ido mejorando año tras año, ¿por qué no?

FUENTE DE LA IMAGEN: Andalucía Investiga

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