La formación del periodista

Estos días estamos viviendo momentos de gran intensidad en la Facultad de Comunciación de la Universidad de Sevilla. Los planes de estudios que formarán a los futuros graduados en Periodismo, Publicidad y Relaciones Públicas y Comunicación Audiovisual, están siendo diseñados.

Todos los implicados queremos elaborar un documento de calidad que prevea las necesidades formativas de los futuros profesionales y de las organizaciones en las que van a desarrollar su actividad. Los que nos dedicamos a la planificación estratégica somos conscientes de la dificultad de adivinar lo que va a ocurrir en el futuro frente a una situación de incertidumbre tecnológica, social, económica… Los cambios son continuos y rápidos, por lo que desde las administraciones (europeas, nacionales y regionales) nos animan a enseñar a aprender, pero por supuesto a coste cero.

Durante estos días he reflexionado acerca de la pertinencia de la asignatura Empresa Informativa en este nuevo contexto.  He consultado el  Libro Blanco de la Comunciación elaborado por expertos para la ANECA, y en él me encuentro una competencia que reza: Conocimiento de la estructura, funcionamiento y gestión de la empresa de comunicación.  Los graduados en Periodismo deben conocer el mundo de las organizaciones, no sólo como parte de la amplia formación que se le exige a un profesional del periodismo, si no como una herramienta para saber desenvolverse en las organizaciones en las que va a pasar (le guste o no) más de la mitad de su vida.

En esta época de vacas flacas, despidos y cierres de empresas se achaca la culpa de la escasa competitividad a los malos gestores.  La mala gestión afecta a la gerencia de las empresas informativas, pero también a la dirección de las redacciones.  Estructuras funcionales caducas, escasos canales de comunicación, falta de coordinación, mala planificación, sistemas de control sancionadores, filosofía de la organización orientada al producto, nulas políticas de motivación… En las empresas se necesitan buenos directivos, personas formadas que conozcan al menos las claves básicas de una buena administración: planificación, organización, gestión de personas, dirección y control.

Además es el complemento esencial, que dota de coherencia a otras asignaturas como Producción periodística o Estructura de la Información. Con la primera integra el proceso de elaboración de la noticia en el conjunto de la organización. Una empresa periodística es mucho más que una redacción. El corazón está en la redacción pero sin huesos, estómago, pulmones y demás órganos difícilmente puede subsistir.

A la segunda le aporta algunas de las claves estratégicas para comprender la situación actual de los grupos empresariales nacionales, europeos y mundiales.

Por último, en este entorno de precariedad laboral,  hay que despertar el espíritu emprendedor (también intraemprendedor) en los universitarios para que pierdan el miedo a crear y sepan que el montar un negocio propio no es imposible.

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