La fiscalía estudiará si “Un chico normal” es constitutivo de delito
Tenía que pasar, Salvador Sostres, ese periodista casquero que el periódico El Mundo ampara porque crea polémica – y eso vende – ha cruzado, una vez más, la línea de la decencia y nos ha escandalizado a todos los hombres y mujeres que nos sentimos desgarrados y consternados cada vez que una mujer muere a manos de su pareja.
En un artículo de opinión titulado “Un chico normal” Sostres justifica y disculpa el crimen cometido por el joven rumano de Torrejón de Ardoz, que asesinó a su novia embarazada y mostró el cadáver a su padre por la webcam. No voy a repetir sus palabras porque si, nunca debieron ser escritas, tampoco tendrían que ser repetidas, ni siquiera para denunciarlas.
El escrito generó inmediatamente una ola de indignación y consternación en las redes sociales que hizo que se retirase de la Web, aunque quedará para siempre en la edición impresa para vergüenza del periodismo. Pedro J. Ramírez, director de la publicación pidió disculpas en su Twitter y achacó el incidente a un fallo en los controles del periódico.
El diario, Público, incluyó en su información de ayer que un grupo de trabajadores de la redacción de El Mundo ha mostrado su rechazo ante lo sucedido al tiempo que han solicitado que se prescinda de los servicios del articulista.
La fiscal Soledad Cazorla ha declarado hoy mismo en la cadena Ser que estudiará el artículo para ver si es constitutivo de delito. La Secretaria de la Mujer de CCOO de Madrid interpondrá una querella por apología del delito contra Salvador Sostres y “los responsables” de la publicación. El Instituto de la Mujer considera muy grave lo sucedido y ha asegurado que esto puede considerarse apología de la violencia de género. En la misma línea se ha manifestado el delegado del Gobierno contra la violencia de género, Miguel Lorente, que ha calificado de “inaceptable” lo ocurrido.
Ya he mencionado en otra entrada la importancia que tienen los medios de comunicación en la condena de la violencia de género y el fin de las ideas machistas sobre la “normalidad” de la violencia del hombre sobre la mujer. Afortunadamente, la consternación que ha provocado el artículo de Sostres en todos los sectores de la sociedad nos hace pensar que estamos en la buena dirección. Pero no conviene olvidar que para llegar a este punto de condena unánime y rechazo social de los maltratadores ha sido necesario que el crimen machista se cuente, se denuncie y se criminalice en los medios de comunicación y en las instituciones, como también ha sido y seguirá siendo fundamental la implicación de la ciudadanía en la prevención y denuncia de los casos. No podemos relajarnos ni dar un paso atrás.
La libertad de información y la libertad de expresión son grandes conquistas al servicio de una opinión pública libre y no están para amparar los delirios aberrantes y el insulto de un periodista en busca de una notoriedad ganada a fuerza de pisar la dignidad de los hombres y las mujeres que ante sucesos como el ocurrido en Torrejón de Ardoz gritan muy fuerte: NO A LA VIOLENCIA MACHISTA.