La crisis económica es palpable en todos los sectores y los diarios aparecen plagados de noticias sobre cómo está afectando a la banca, la construcción, la fabricación de automóviles, la restauración o la distribución comercial. Pero se habla muy poco de lo que ocurre en las empresas de comunicación.
¿Qué síntomas están apareciendo ? Reducción de tiradas, caída de la inversión publicitaria, difusión gratuita para lograr audiencias mínimas… ¿Cuando saldrán a relucir las regulaciones de empleo en el sector?. Los rumores corren ligeros por las redacciones. No se renuevan contratos, se va a despedir a parte del personal, ¿habrá fusiones o absorciones? ¿desaparecerán algunos diarios? Los grandes diarios como El País, El Mundo, ABC o El Público ven mermarse sus beneficios, y los trabajadores comienzan a inquietarse por su futuro inmediato.
Las asociaciones profesionales ya se plantean cómo defender los derechos de sus asociados, cómo mantener (que no mejorar) los logros conseguidos en la profesión. Es una época para luchar contra el empleo precario y los contratos laborales leoninos. La Asociación de la Prensa de Cádiz ha convocado movilizaciones para protestar por la precariedad laboral de los periodistas gaditanos. Ya se han producido, por ejemplo, despidos en Publicaciones del Sur (editor del diario La Información de Cádiz).
El consumo de prensa no es un gasto básico en los hogares españoles, si hay que dejar que comprar algún producto ¿porqué no el periódico? Al fin y al cabo se trata de un producto de ocio y cuya necesidad, la de estar informados, está cubierta por otros soportes: diarios gratuitos, televisión, radio, Internet…
En esta situación ¿es lícito que un gestor despida a trabajadores cuando las cuentas no le salen? El empresario aporta su capital para crear la empresa y lo arriesga, ¿tiene derecho a luchar por los beneficios?
Desde mi punto de vista sí, aunque no debe ser la única medida, ni por supuesto la primera. Antes que un cierre definitivo del negocio el empresario optará por la reducción de gastos, y una de las partidas más importantes es el de personal (y claro, también el de publicidad). La no previsión de esta situación está desembocando en transiciones dolorosas sobre todo para los trabajadores.
La crisis puede ayudar a las empresas a ser más eficientes mediante la revisión de sus procesos de trabajo en busca de puntos de mejora. Esta época de cambios es una oportunidad para que las empresas se reciclen y reciclen a sus trabajadores. Cambiar la orientación del negocio, demostrar a los empleados que en estos momentos también pueden contar con el apoyo de la empresa. Esto exige mucha comunicación por parte de todos los actores implicados, buscando salidas negociadas conjuntas que reviertan en el bien común.
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