En esta entrada se presenta la cuarta entrega de la serie de podcast “Cuentos para Empresas” realizados para RADIUS.
Hoy traemos una historia de origen sufí que ha llamado la atención de autores tan diversos como Jean Cocteau, William Somerset, Julio Cortázar, Gabriel García Márquez, Katherine Neville o Bernardo Atxaga.
Hemos hecho una adaptación del cuento narrado por Jhon O’Hara en “Cita en Samarra” al que hemos añadido la historia que cuenta Atxaga en su libro OBABAKOAK. Libro que recomiendo encarecidamente.
Es una historia que transcurre en Bagdad y según algunos autores en Samarra o Ispahan.
La historia está relacionada con la dirección estratégica y el cambio, sobre cómo las organizaciones y las personas pueden ser, o no, dueñas de su destino. Os dejamos con el cuento:
Cita con la muerte
Escucha el podcast:
Cuentos para empresas. Episodio 1×04. La muerte me persigue.
Había en Bagdad un mercader que envió a su criado al mercado a comprar provisiones, y al rato el criado regresó pálido y tembloroso y dijo:
CRIADO: señor, cuando estaba en la plaza del mercado una mujer me hizo muecas entre la multitud y cuando me volví pude ver que era la Muerte. Me miró y me hizo un gesto de amenaza; por eso quiero que me prestes tu caballo para irme de la ciudad y escapar a mi sino. Me iré para Samarra y allí la Muerte no me encontrará.
El mercader le prestó su caballo y el sirviente montó en él y le clavó las espuelas en los flancos huyendo a todo galope. Después el mercader se fue para la plaza y vio entre la muchedumbre a la Muerte, a quien le preguntó:
MERCADER: ¿Por qué amenazaste a mi criado cuando lo viste esta mañana?
MUERTE: No fue un gesto de amenaza, le contestó, sino un impulso de sorpresa. Me asombró verlo aquí en Bagdad, porque tengo una cita con él esta noche en Samarra.
Pero según algunos ancianos la historia no acaba aquí:
El caballo del criado era fuerte y rápido, y, como esperaba, llegó a Samarra con las primeras estrellas.
Comenzó a llamar de casa en casa, pidiendo amparo.
CRIADO: Estoy escapando de la Muerte y os pido asilo.
Pero aquella gente se atemorizaba al oír mencionar a la Muerte y le cerraban las puertas. El criado recorrió durante tres, cuatro, cinco horas las calles de Samarra, llamando a las puertas y fatigándose en vano. Poco antes del amanecer llegó a la casa de un hombre que se llamaba Kalbum Dahabin.
CRIADO: La Muerte me ha hecho un gesto de amenaza esta mañana, en el mercado de Bagdad, y vengo huyendo de allí. Te lo ruego, dame refugio.
KALBUM: Si la Muerte te ha amenazado en Bagdad, no se habrá quedado allí. Te ha seguido a Samarra, tenlo por seguro. Estará ya dentro de nuestras murallas, porque la noche toca a su fin.
CRIADO: Entonces, ¡estoy perdido!
KALBUM: No desesperes todavía. Si puedes seguir vivo hasta que salga el sol, te habrás salvado. Si la Muerte ha decidido llevarte esta noche y no consigue su propósito, nunca más podrá arrebatarte. Esa es la ley.
CRIADO: Pero ¿qué debo hacer?
KALBUM: Vamos cuanto antes a la tienda que tengo en la plaza (le ordenó Kalbum, cerrando tras de sí la puerta de la casa).
Mientras tanto, la Muerte se acercaba a las puertas de la muralla de Samarra. El cielo de la ciudad comenzaba a clarear y la muerte pensaba:
MUERTE: «La aurora llegará de un momento a otro. Tengo que darme prisa. De lo contrario, perderé al criado».
Entró por fin a Samarra, y husmeó entre los miles de olores de la ciudad buscando el del criado que había huido de Bagdad.
Enseguida descubrió su escondite: se hallaba en la tienda de Kalbum Dahabin. Un instante después, ya corría hacia el lugar. En el horizonte empezó a levantarse una débil neblina. El sol comenzaba a adueñarse del mundo.
La Muerte llegó a la tienda de Kalbum. Abrió la puerta de golpe y.… sus ojos se llenaron de desconcierto. Porque en aquella tienda no vio a un solo criado, sino a cinco, siete, diez criados iguales al que buscaba.
Miró de soslayo hacia la ventana. Los primeros rayos del sol brillaban ya en la cortina blanca.
MUERTE: ¿Qué sucede aquí? ¿Por qué hay tantos criados en la tienda?
No le quedaba tiempo para averiguaciones. Agarró a uno de los criados que estaba en la sala y salió a la calle. La luz inundaba todo el cielo.
Aquel día, el vecino que vivía frente a la tienda de la plaza anduvo furioso y maldiciendo.
VECINO: Esta mañana, cuando me he levantado de la cama y he mirado por la ventana, he visto a un ladrón que huía con un espejo bajo el brazo. ¡Maldito sea mil veces! ¡Debía haber dejado en paz a un hombre tan bueno como Kalbum Dahabin, el fabricante de espejos!
ENTREVISTA
Prof. Caro cual cree que es la principal moraleja de esta historia para el mundo de las empresas.
Esta historia es compleja. Habla de la fatalidad y del libre albedrío. La primera parte nos deja la sensación de que no podemos hacer nada frente a lo que nos depara el destino. Todo está predeterminado, hagamos lo que hagamos nuestro futuro está escrito. El criado cuando toma la iniciativa para intentar escapar de la muerte, lo único que consigue es ir hacia ella.
Esta lectura encaja muy bien con el rol de “victima” que asumen algunas organizaciones y personas, que permanentemente se quejan ante la dificultad de lograr sus metas achacando sus malos resultados a fuerzas superiores desconocidas.
Sin embargo, desde el punto de vista de la estrategia, el enfoque es el opuesto. La dirección estratégica de las organizaciones tiene un carácter voluntarista. Es decir, las organizaciones una vez evaluados sus recursos y el entorno, fijan sus objetivos y deciden el camino a seguir para lograrlo. El destino lo deciden los miembros de la organización y dependiendo de las decisiones que tomen podrán o no alcanzarlo. Es lo que ocurre en la segunda parte de la historia. El criado intenta cambiar su destino y el comerciante de espejos le ayuda.
En este caso, al final de la historia, es la muerte la que toma una decisión equivocada ante la falta de tiempo.
Además de la estrategia, ¿está historia tiene relación con otras variables de la empresa?
Sí, con el cambio organizativo. Hay diferentes teorías explicativas de los cambios que se pueden clasificar en función del enfoque determinista o voluntarista. Los enfoques deterministas, como el de la teoría de la evolución, sugieren que los directivos de las organizaciones toman decisiones estratégicas, pero que, es el entorno el que en última instancia decide que empresas sobreviven. Los directivos según este enfoque toman decisiones sobre dónde invertir, las características de sus productos, los mercados a los que expandirse, pero es el entorno el que realizará la selección de las empresas que tienen éxito.
Frente a este enfoque determinista está el enfoque teleológico, en la línea de la dirección estratégica en el la que la empresa decide su propio destino tomando mejores decisiones que sus competidores.
También podemos relacionarlo con el cambio no planificado o serendipia (o chiripa), son cambios que ocurren en las organizaciones de forma casual. Si la decisión de esconder al criado en la tienda de espejos no fue premeditada (era la tienda que tenía), fue una suerte que salvó al criado, ya que generó confusión en la muerte y le permitió salvar (de momento) la vida. La empresa y la ciencia está llena de ejemplos de serendipias como el descubrimiento del post-it por 3M, o la penicilina por Fleming.
En estas entrevistas normalmente hace referencia a la comunicación. ¿Qué hay de comunicación en la narración?
Hay un momento clave, cuando el criado ve a la muerte y cree que le ha hecho un gesto de amenaza. De hecho, algunos autores titulan el cuento “El gesto de la muerte”. La muerte le dice al mercader que no, que no era de amenaza, si no de sorpresa. Hablamos de la percepción, de cómo un mismo gesto puede ser interpretado de forma distinta por las personas. Esta percepción diferenciada puede ser el origen de conflictos en las organizaciones o de decisiones equivocadas.
También surge el problema de percepción cuando la muerte está en la tienda y recibe la imagen de muchos espejos. Los reflejos del criado generan confusión en la muerte que se equivoca al elegir una realidad reflejada. Esto se agrava si, además, contamos con poco tiempo para tomar las decisiones y no podemos detenernos a apreciar los matices.
Y con respecto al EMPRENDIMIENTO, existe alguna enseñanza.
Esta historia tiene mucho que ver con la actitud hacia el logro de los emprendedores. El éxito en el emprendimiento es cuestión de esfuerzo, tanto si consigues sacar adelante un proyecto como si no, que un negocio funcione depende de la voluntad del promotor. El destino no está escrito. No hay fuerzas superiores que impidan que las personas alcancen sus metas. La teoría dice que los emprendedores que fracasan tienen que aprender de ello, levantarse e iniciar un nuevo proyecto. Lo que no está tan claro es la frustración que conlleva el fracaso, sobre todo en personas que no cuentan con recursos para sacar partido del aprendizaje de la derrota. Hay personas que se comparan con otros y no entienden porqué a ellos no les funcionan las cosas y a los otros sí. Y, es que no es solo cuestión de esfuerzo, también hay que considerar otros factores que hacen que no todas las personas partan de la misma situación.
Si has estudiado en Harvard, tu madre y padre son empresarios de éxito, que han tenido una formación excelente, tu entorno te permite acceder a contactos privilegiados, cuentas con recursos financieros… Es más probable que la muerte (empresarialmente hablando) no te alcance o que si te alcanza puedas resucitar. Hay destinos más claros que otros, no podemos olvidar que el entorno condiciona la oportunidad de las personas. El estado del bienestar debe conseguir que todas las personas cuenten con las mismas oportunidades, y que todos los emprendedores con buenas ideas puedan llevarlas a cabo en igualdad de condiciones.
Muchas gracias, profesor. Espero que los oyentes se hayan divertido y aprendido y que de ahora en adelante piensen en que son dueños de su destino y que pueden lograr las metas que se proponen si se esfuerzan (y tienen recursos). Nos encontraremos en el próximo capítulo de “Cuentos para empresas”.
Este programa ha sido realizado por FRANCISCO CARO para RADIUS y ha contado con la colaboración de Sara Sanchíz en los mandos técnicos y la locución, y de Francisco Jurado en la locución y entrevista.
Otros cuentos de la serie:
4 comentarios en «La muerte me persigue. Fatalidad o voluntad en las organizaciones»