Hace algún tiempo inicié una serie de post dedicados a las habilidades de las personas eficientes de Covey.
Los dos primeros fueron:
Comience con el final en mente
Ahora nos toca hablar de «lo primero, lo primero«. Este concepto aparece ligado a la gestión del tiempo y la distinción entre lo importante y lo urgente. Las organizaciones tienen que tener muy claro que objetivos son los esenciales para la organización (los ligados a su misión) y como estos objetivos deben permitir jerarquizar las acciones de la empresa con respecto a los recursos (presupuestarios o temporales). En ningún momento se debe perder el rumbo y dejarnos absorber por el día a día, por esas pequeñas cosas urgentes pero no importantes que nos quitan tiempo para lograr las verdaderas metas.
En esta época de crisis las empresas de comunicación tienen que tener muy claros sus principios editoriales y reforzarlos y no olvidar que existen porque hay un grupo de personas interesadas en lo que se le cuenta y cómo se le cuenta desde sus páginas. Volvemos por tanto a la idea esencial de la planificación estratégica, tener claramente indentificado el núcleo de la organización, sus principios y valores básicos y su razón de ser y anteponerlos a cualquier otra acción que desvíe recursos de forma innecesaria. ¿Son necesarios los despidos, los ERE’s, contribuyen esas acciones realmente a mejorar la organización o por el contrario la debilitan? Si los periódicos dejan de ofrecer una información de calidad y diferenciada, ¿tiene sentido su existencia?
En fin, lo primero, lo primero. Hay que analizar el entorno y anticiparse a los cambios, en función de ello fijar claramente los objetivos y mantenerlos pese a las presiones que pueden desviar la planificación de forma injustificada por la necesidad urgente de desarrollar determinadas acciones.
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